viernes, 3 de julio de 2009

La quiero a morir




Quizás luchar y mantener la libertad sería más fácil si ser valiente no fuera tan caro y si ser cobarde no valiera la pena (Joaquín Sabina).

Según la directora de la obra presentada el viernes 29 de mayo en el Palacio de Cristal en el Centro Cultural Itchimbía, es necesario reflexionar sobre la fragilidad de la libertad, “actuamos dando por sentado que seremos libres toda la vida y puede ser que no sea así”.
Martha Ormaza, ha realizado esta obra a propósito del bicentenario para reafirmar nuestra condición de seres libres. Su mensaje se desarrolla a través de la conversación de un soldado delirante en su lecho de muerte y la ansiada libertad a la que dedicó su vida entera.
En esta conversación, ambos dejan el destino de su existencia al azar. Dados, cartas, ajedrez, rayuela, decidirán un día más o menos de vida. La lucha constante y la fe del soldado enamorado de la utopía hace que venza a la libertad en varios juegos.
La pregunta que queda en cada asistente es ¿Si, realmente vale la pena morir por un ideal?
Para Juan José Gatto actor principal la libertad es como la suerte. “Es de todos, es de nadie, cada uno la interpreta a su manera. “Si para vos la libertad es comprar un carro puedes hacerlo, para otro puede ser viajar. El punto es preguntarse ¿Qué es la libertad para vos?”
Para Carolina Lizarzaburu y Freddy Coello, actores secundarios de la obra la libertad simplemente vivir ahora, “actuar en esta obra, terminar y sentirme realizada, eso es libertad”.
Uno de los grandes logros según Micaela (hija de Marta Ormaza y actriz secundaria) es la música en vivo, la innovación en el escenario el movimiento, la luz. El reconocimiento del trabajo en general ha superado sus expectativas. “Estuvimos más de 5 meses en preparación, estoy feliz, le gente es generosa con su asistencia, con su aliento, eso es lo más importante”.
En la hora de duración que tuvo la obra los personajes se desplazaron entre el público creando una cercanía importante y una conexión a pesar del bisillo en el telón, según Marta. La mentora de esta faena propuso realizar la obra en distintas formas “lo que ves hoy, no es igual a lo que será mañana o lo que fue ayer”.
Su mensaje a los jóvenes fue sentir esa libertad y actuar en consecuencia a esa posibilidad.
Esta obra comienza, se desarrolla y termina presentando a la libertad como Eduardo Galeano presentó en el 2007 con palabras andantes a una utopía.

“Ella está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine nunca la alcanzaré. ¿Para qué sirve pues la utopía? Para eso sirve: para caminar.”

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